jueves, 17 de junio de 2010

Para las personas que dejan huella


Ayer cerramos una nueva etapa y casi no he podido darme cuenta. Las clases en la academia ya forman parte de la historia. Esa historia que llevamos cargando sobre nuestras espaldas y que, por puro azar, por curioso destino, nos permiten lanzar lazos y unirnos por momentos a otras personas. Nos despedimos con un café, en el lugar de siempre. En el mismo establecimiento que nos ha visto, semana a semana, enfrentarnos a nuestro destino, ora ilusionados, ora deprimidos.

Observaba los rostros de los que han sido mis compañeros de fatiga durante estos nueve meses. Unos perfectos desconocidos en aquel mes de septiembre y ahora, sin embargo, demasiado familiares para tener que despedirme de ellos. No me había percatado de la importancia que adquieren las personas cuando te das cuenta que vas a perderlas de vista. Sufrí la misma sensación que me rondaba cada verano, cuando se acercaba septiembre y, después de mil aventuras, de risas, sol, mar y lágrimas, tocaba decir adiós. Llegaba el momento de romper la magia que crean los encuentros con fecha de caducidad. Entonces, decíamos adiós al verano y nos despedíamos también para siempre porque, si volvíamos a vernos, sin duda, ninguno seríamos ya lo que éramos.

Me matriculé en este centro confiada en mi objetivo, ése al que tendré que enfrentarme la próxima semana, aunque lleve pugnando con él desde el pasado mes de septiembre. Jamás pensé que me aferraría tanto a ese encuentro de los miércoles, nunca imaginé que sentiría hoy tanta melancolía por la pérdida, ni por asomo presentí que mi relación con todas y cada una de estas personas sería tan intensa como las que viví en aquellos veranos.

No sé cuál será el resultado de este proceso, no sé si obtendré la gratificación que he esperado desde que inicié este camino, pero hoy, al levantarme, he podido darme cuenta que ya he alcanzado muchos premios. Me llevo la satisfacción de sentirme realizada llevando a cabo este "trabajo" cada día, en la más profunda soledad, conmigo misma como propio enemigo. Me llevo la gran suerte de haber conocido savia nueva, grandes personas, cómplices sin parangón, aptos todos y cada uno de ellos para ejercer esa labor que tanto ansían. Me guardo las clases magistrales de las que he sido testigo, confiando, sin duda, que algún día presumiré de ellas porque no todas las personas que participan en tu formación dejan tanta huella como han dejado en estos nueve meses.

Me enfrento a la batalla, de nuevo, en la más completa soledad. Al igual que llegué. Así me marcho. Gracias a todos por representar vuestro papel en esta obra y permitirme que yo también llevara a cabo mi representación. Ahora que cae el telón, os lego mi más sincera bendición y toda la suerte del mundo en este largo peregrinar, yo seré la primera en esbozar una sonrisa cuando conozca vuestros éxitos. Que serán miles. El primero ya lo habeis cumplido conmigo. Gracias por estar ahí. Y, por qué no, me despido con la cita de un gran autor:

Ánimos, miles.

2 comentarios:

  1. De seguro obtendrás recompensa por tu tesón, tu constancia y tu seriedad ante este nuevo reto que te marcaste allá en septiembre y que estás a sólo un paso de conseguir, y con muy buena nota, estoy segura. Y, como dices en tu post, aparte de lengua y literatura, de lo que realmente hemos aprendido es de las aportaciones de los compañeros; y tu aportación de trabajo bien hecho, lo tomaré de referencia para 2012 y por qué no, para mi día a día.

    Así que, te reitero esa frase "tomasiana" con la que acabas tu post, convencida de que no te hará falta. Y te añado, Gracias, miles, Eva.

    Un abrazo,

    Carmen Alcázar

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  2. ¡¡¡Me has emocionado!!! No sabes lo que os voy a echar de menos a todos. Me he dado cuenta justo cuando percibí que nuestra cita de los miércoles se acababa. El domingo se hará lo que se pueda. Habrá que ir a por todas, aunque la suerte o el azar también tiene su parte de responsabilidad en esta lotería. Mucho ánimo y muchísimas gracias también por haber formado parte de esta aventura y por la compañía durante todo el año. Aún tenemos mucho que demostrar. ¡¡Suerte!!

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