jueves, 18 de agosto de 2011

Los otros

Mientras dirijo el volante de mi cada vez más antiguo coche, y los rayos del aciago sol de agosto se enfurecen contra el cristal de la luna delantera, llego a la conclusión de que este mundo circundante -el mismo que nos rodea, envuelve y moldea- está detalladamente dividido en dos clases de personas. Al igual que se ordena un tablero de ajedrez, como la danza que protagonizan el agua y el aceite o las caras opuestas de una misma moneda. El blanco y el negro, la cara A o la cara B, el ying y el yang.

El enfurecido color amarillento que adquiere el campo de mi tierra en esta época del año casi me ciega. Siento el grito intenso que me emiten las plantas, paralizadas bajo el todopoderoso conjuro del sol, mientras cambio de marcha y reduzco la aceleración del motor... No hay dudas. Somos dos. En mi caso, tuve el inmenso infortunio de nacer bajo el influjo del signo de la inseguridad. La eterna duda. Para todo, en todas partes y en cualquier lugar. Cuando era pequeña, me contentaba pensando que este mal se marcharía con la edad. "Yo no sé, pero los mayores saben. Cuando sea mayor, cuando tenga experiencia, nunca dudaré". Ilusa.

Observaba a mi madre. Con una solución para todo, siempre, en cualquier momento, en cualquier lugar. Sabía lo que hacer si estaba enferma, si ese elemento extraño que aparecía ante nuestros ojos al romper la cáscara de un huevo era amigo o enemigo, si la araña que se paseaba a sus anchas por mi habitación venía en son de paz o con la declaración de guerra, si la chaqueta que debía vestir el día de la Virgen me quedaba bien de hombros o estaba "saltona", la solución para la rotura de una tubería, el producto que debemos aplicar para cada tipo de manchas... y todo, todo, sin revisar previamente un manual, preguntar a un experto y/o suplicar encarecidamente a nuestro amigo google.

No tengo prisas, pero la eterna peregrinación de camiones que inundan la carretera que conduce a mi pueblo me obliga a pensar que he cambiado el motor por el pedal y las dos ruedas. Al menos me queda el aire acondicionado, benito frío artificial en el mismo corazón del infierno... Nunca pensé, jamás me percaté de que ese don no se adquiría con la edad, ni con la madurez, ni con la experiencia, sino con el grupo al que perteneces, con el sello que te marcaron, con la letra que te distinguía. La seguridad o la eterna duda. Lo tienes o te falta. No hay más. Si aún albergas esperanzas, siento aguarte la fiesta, debes empezar a aceptarte. Yo ya estoy en ello.

Definitivamente, el asfalto se está derritiendo. Ya veo el líquido gris como empieza a manar en dirección a la cuneta. Afortunadamente, ha decidido hacerlo cuando aún me faltan unos metros para alcanzarlo. Pero sólo es una ilusión óptica, un engaño de nuestra retina. No hay ningún elemento acuoso, pese a que el intenso calor juegue con mantenerlo todo en su completa solidez y quizás sea yo la que se esté evaporando... Fue al sacar aquel tupper de la nevera. Destapar su contenido. Usar el sentido de la vista y el olfato. Dedicar unos segundos de meditación. Dudar, siempre dudar. Volver mi vista hacia el lado izquierdo. Calentar mis cuerdas vocales. Entonar. Emitir el sonido. "¿Esto está bueno?". Y obtener la contestación. "Está perfecto". Cuando lo descubrí. Él también pertenece al otro grupo. A los que están al otro lado de la barrera. Por eso sabe siempre si el huevo tiene buen o mal aspecto, si el insecto que nos vacila desde el otro lado de la pared ha venido o no armado, cuál es el problema de la cisterna, por qué ha bajado la presión del agua en plena ducha o qué le pasa a mi coche.

Mi coche está perfecto. Pese a los más de cuarenta grados, las diferentes especies de todo que han soltado camiones y han aterrizado en mi chapa, los aullidos de las casi inertes plantas, la amenaza del fin del asfalto... Entonces lo supe. No podemos vivir sin ellos. Nosotros, los de nuestra especie, los de nuestro grupo no podemos persistir si los otros no están cerca. Porque son nuestra guía, nuestros ojos, nuestro cayado y nuestra fuente de energía. El cargador de nuestra batería, la solución a nuestras preguntas, el timón de nuestro barco. Lo que siempre querremos ser y nunca seremos. Pese a que nos sobren otras cualidades o aptitudes. Jamás lo tendrás, es de ellos. Y sólo lo palparás si están cerca. Y siempre deben estar cerca.

Si sabes de lo que hablo, si entiendes lo que digo, ya sabes a qué grupo perteneces y percibirás todas y cada una de las sensaciones que aquí describo. Si eres uno de los nuestros, nunca reveles este contenido. Vaya a ser que le abras los ojos a aquel miembro de los otros que tienes cerca y siempre, siempre sea agosto a tu alrededor.

12 comentarios:

  1. Me siento totalmente identificada contigo Eva, soy de tu "grupo". Desde que tengo uso de razón he necesitado de alguien que vaya por delante de mí, ayudándome a dar pasos importantes o incluso los menos importantes. Un apoyo, una mano a la que agarrar, una oreja que te escuche, ese alguien que gracias a Dios siempre está ahí, sea quién sea. Eso sí cuando no hay nadie de verdad y tienes que ser tú por tí misma la que decida las cosas de tu propia vida es profundamente "jodido", perdón por la palabra, somos responsables de nuestras decisiones, y eso no da MIEDO, da PÁNICO. Yo me considero plenamente débil en ese sentido.

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  2. Sí, te doy el visto bueno, eres de las mías. Como te he dicho en el comentario de facebook, me alegro mucho de que así sea, pero lo siento por ti. Al menos, el reinicio del "curso" ya lo hemos hecho juntas, y eso da menos miedo. Besitos.

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  3. Me uno al grupo. Me hace muy feliz volver a leerte.
    Un beso

    La latita

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  4. Siempre es un placer leer tus comentarios y saber que estás ahí. Besitos.

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  5. "Dudo, luego pienso. Pienso, luego existo". Descartes

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  6. "La duda es uno de los nombres de la inteligencia." Jorge Luis Borges

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  7. "Hablan mucho de la belleza de la certidumbre como si ignorasen la belleza sutil de la duda. Creer es muy monótono; la duda es apasionante." Oscar Wilde

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  8. "El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona." Aristóteles

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  9. "Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los instruidos llenos de dudas." Bertrand Russell

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  10. "Yo os enseño, o pretendo enseñaros a que dudéis de todo: de lo humano y de lo divino, sin excluir vuestra propia existencia como objeto de duda." Antonio Machado en "Juan de Mairena"

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  11. David Martín Lozano25 de agosto de 2011, 9:40

    Yo también creo que pertenezco a tu grupo (lo ves, ¡también dudo hasta de esto!). Ah, ¿por casualidad no conoceré al que te echó una mano con el tupper? jajajaja... Como siempre, todo un placer leerte.

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  12. Veo que no estoy sola en este lado del mundo. Me alegra. Seguro que no conoces de nada al que me salvó con el tupper. Gracias por estar ahí o en Málaga. jejeje.

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